27.7.08

Reggaetón


Odio el reggaetón. I todos estos que con la gorra ocho tallas más grande no saben la diferencia entre un teléfono móvil y un radiocassete, e inundan el vagón de metro con su insoportable chum-pachum-pachum de la mierda del reggaetón, su perreo, su gasolina y su pobre diabla, y de esos gestos obscenos con las manos, sus miradas lascivas a todo culo femenino que se precie, y su insaciable sed de mostrar cadenas y joyas al resto del mundo.

Ecs. Lo odio. Y sus camisetas de baloncesto, sus tejanos mal cortados y sin medida justa aparente, de la misma talla que la gorra, y sus zapatillas horrendas.

Y mis tímpanos no lo soportan más, llego a casa con la mierda de chum-pachum-pachum taladrando las pobres neuronas que funcionan.

Y encima ponen cara de que les gusta. Es algo imposible. Nadie ha nacido para sobrevivir al ataque imparable del reggaetón. Y es que, solito, ha acabado con la pachanga típica del verano.

¿Dónde han ido las canciones cutres del verano, que parecen absorbidas por morenitos gorditos que se mueven rodeados de mulatas que mueven el culo?

Estoy harto. Aunque parezca que no pueda ser, yo me voy con mi música a otra parte.

Tanto rollo con el indie - Deluxe