26.10.08

Alliez

El retorno fue gris de niebla. De color ceniza, de humo del siglo XIX. De torres de hierro monumentales, de edificios a emperadores y vencidos.

Y de castillos de bellas durmientes, disfrazadas y esperando besos de los apuestos príncipes que, en el último segundo, llegan sin fallar a su cita.

Y es que París tiene esos contrates, dependiendo de si lo miras tú o el niño que fuiste.

M'encanta París - Joan Miquel Oliver


1 comentari:

JASM ha dit...

Tengo suerte de ser todavía un niño aparentando ser adulto.